El Verde, mágico licor prehispánico

*Una mezcla de yerbas que surgen en las montañas de la región de Xico, se mezclan para crear una bebida prehispánica, hoy convertida en un emblema de una población que le atribuye propiedades curativas y hasta eliminar lo mentecato

Carolina Miranda

Xico, Ver.- Un sabor dulce inunda el paladar. La infusión ancestral recorre la boca, faringe, esófago y llega hasta el estomago en una explosión de gustos que alegra a las personas.

Los expertos en bebidas seguramente distinguirán el hinojo, toronjil, cedrón, zacate limón, anís del campo, cascarita de lima, limón y manzanilla que contiene el brebaje; los comunes, sólo percibirán sabores agradables y un toque de aguardiente.

Por las calles empedradas y en viejas casonas, muchas de ellas edificadas durante la época virreinal, aparece un botella con un líquido en color verde, una delicia que gusta a propios y extraños.

Le llaman El Verde de Xico, una bebida prepara desde tiempos prehispánicos y mencionado por el mismísimo Bernal Díaz del Castillo, conquistador de la Nueva España.

El licor de hierbas aromáticas, al que con el tiempo se le añadió aguardiente, es un emblema del Pueblo Mágico, un lugar de poblaciones indígenas, paso obligado de aquellos españoles que se abrieron camino por las nuevas tierras.

La bebida forma parte de la medicina tradicional mexicana al que se le atribuyen propiedades curativas, efectos antioxidantes y, sobre todo, euforia desmedida cuando se consume en demasía.

“Ayuda al umbral de entendimiento, quita lo tonto y hace hablar siete idiomas”, reza un dicho popular de esta zona de montañas. Y hay quienes dicen que después de tomar cuatro o cinco vasos, pone los ojos verdes, nace el cabello y, además, es afrodisíaco.

En tono de broma, se asegura que aclara la vista y en casa no regañan porque después de tres o cuatro verdes, aunque pegue la esposa, ya no se siente. Una bebida del pueblo y para el pueblo.

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